Saturday, August 23, 2014

No Llaméis a Nadie Padre


 Crecí en una comunidad de fe en la que estas palabras se oían con frecuencia! Era una de las cosas que, en la Iglesia de mi niñez, nos separaba de la iglesia  católica Romana. Ellos se atrevían a llamar a sus pastores con un nombre reservado exclusivamente a Dios, y claro, me decían los más antiguos en la fe, que estaban muy equivocados! 

Con el tiempo, leyendo las Escrituras y en conversación con creyentes de otras perspectivas, vine a darme cuenta que esta amonestación de Jesús en Mateo 26:9 no era absoluta! De hecho, el Nuevo Testamento habla de Abraham como el padre de la fe y tanto el Apóstol Pablo como Juan se refieren a aquellos a quienes escriben con las palabras cariñosas y de amonestación con que hablan los  padres a los hijos. Aquí algunos de esos hermosos versos de la Escritura: 

 “…Hijitos míos, huyan de los ídolos...” 1 Juan 5:21 , “…escribo esto para para amonestaros como a hijos….” 1 Corintios 4:14.

 Y esta preciosa declaración que habla de la paternidad en términos maternales

  “…Hijos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros…” Gálatas 4:19.  

 Ahora, después de muchos años en la Iglesia Episcopal donde se usan las palabras padre y madre para designar a los pastores y, cariñosamente, en las relaciones espirituales entre creyentes, leo estas palabras con ojos diferentes. Ademas, entiendo las palabras de Jesús como una seria advertencia a sus discípulos, una que los pastores, de manera particular, debiéramos tomar muy seriamente. Jesús nos alerta, no acerca del uso de ciertas designaciones en nuestras relaciones familiares y de la fe, sino acerca de aquellos, en supuesta autoridad espiritual, que pretenden usurpar un lugar que corresponde solo a Dios en la vida de otros!

Me llama la atencion una enseñanza circulando otra vez en la familia de la fe! Cada ciertos años parece que vuelve a renacer con intensidad copiando elementos del movimiento “Shepperding”  que floreció en los años 70 y 80 bajo el liderazgo de predicadores carismáticos como, Bob Mumford, Derek Prince, Charles Simpson,  y Don Basham.  Muchos de aquellos, que llevamos años en la iglesia,  recordamos la controversia y escándalo que tal movimiento causo en el cristianismo evangélico de nuestro país.

Esta versión  parece elevar la importancia de que el creyente se sepa hijo de “la casa”, su congregacion local! Mas importante , que se sepa hijo de su pastor o su apostol, quien es su “padre espiritual” ! Esto quiere decir que debe estar sujeto a su dirección, que esta dependiente de su bendición,  y entienda que es protegido por la posición espiritual que dicho padre le asigna!  

He oído, de la boca de más de un predicador que, la lealtad, la obediencia, la honra, la sujeción a la casa y el padre espiritual, están entre las mayores de las virtudes. Hay advertencias para aquellos que se alejan de la “cobertura” de su padre, se mudan a otra iglesia o se van sin su bendición, que se salen del lugar ministerial que se les ha asignado! Se dice que, tal rebeldía les hace incapaces de retener la bendición de Dios, ser usados por el Espíritu, que son presa del diablo, que peligran ellos , sus familias y hasta su propia vida! 
 
Wow! Desde cuando ha dado Dios tal autoridad a un ser humano sobre la vida y el destino de otro? 

 No será que habiendo criticado a otros que llamaban a sus pastores “padres”, peligramos en asumir para nosotros un lugar más allá del que nos corresponde? No será que, quizas sin darnos cuenta, estamos en peligro de ponernos en el lugar que corresponde solo a Dios?  

Lo interesante es, que para el que lee la Escritura, muchas de las premisas de esta autoridad de paternidad espiritual caen por si solas. Abraham el mismo  padre de la fe, sale dirigido por Dios dejando “…su tierra y su parentela…”, sin ninguna bendición paternal.  Jacob, se roba una bendición paternal que no es suya!  Pablo prosigue con su ministerio sin consultar “carne ni sangre”, ni buscar la bendición ni aprobación de otros más antiguos en la fe. No fue con la bendición de un padre que él y Bernabé, se separaron en medio de su misión apostólica, sino por diferencias de opinión!  Cada uno siguió sirviendo a Dios según los dictamines de su conciencia, y ambos hicieron su contribución a la fe de muchos.

Es Pablo el que nos recuerda una importante lección…

 “…Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios… El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios…” Romanos 8:14, 16
 Juan nos dice

 El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu…” Juan 8:38
La relación de cada individuo con Dios, no necesita ser a través de un intermediario, padre o madre! Es Dios, a través de su Espíritu que llama, convence, capacita, dirige y  trasforma al que cree. Es Dios la máxima autoridad en la vida y la conciencia del creyente, en sus decisiones, sus dones y ministerios! Él no es un padre ausente que delega a otros seres humanos su participación y autoridad en nuestra vida!  La relaciones espirituales en la Iglesia, entre discípulos del mismo Maestro, hijos de un mismo  Padre, templos de un mismo Espíritu,  es una de amor y amistad! Aun entre aquellos que se consideren padres e hijos espirituales, nunca debe entrar el control, la manipulación, la subyugación de un ser humano a la voluntad de otro y mucho menos la amenaza y el temor! 

"...Para libertad fue que Cristo nos hizo libres. Por tanto, permanezcan firmes, y no se sometan otra vez al yugo de esclavitud...." Galatas 5:1
 “…Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!...” Romanos 8:16
 Quizas es tiempo que volvamos a considerar las palabras de Jesus cuando mirando a los religiosos de su época dijera a los suyos: 
“8 »Pero ustedes no deben pretender que la gente los llame maestros, porque todos ustedes son hermanos y tienen solamente un Maestro. Y no llamen ustedes padre a nadie en la tierra, porque tienen solamente un Padre: el que está en el cielo. 10 Ni deben pretender que los llamen guías, porque Cristo es su único Guía. 11 El más grande entre ustedes debe servir a los demás. 12 Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido….” Mateo 23: 8-12

Bendiciones

Serafín