Thursday, August 11, 2011
Santa Maria, Madre de Dios
Otra vez se prepara la Iglesia para celebrar la alegre festividad de Santa Maria Virgen y, como en otras ocasiones, surgen preguntas acerca del lugar de la Bendita Virgen en la fe y espiritualidad de la Iglesia Episcopal.
Quizas la mas comun sea en cuanto a la designacion de Maria como “Madre de Dios”. Madre de Dios? Como va a ser eso? Ella es solo madre de Jesus! Dios no tiene principio ni fin! Como pues puede Maria ser madre de Dios! Hace unos años hasta me regalaron un CD con una cancioncita en cumbia que decia..” no hay una madre, Dios no ha nacido…”
Esta respuesta clasica en algunos circulos de la comunidad cristiana no es nada nuevo! En el siglo 4to de nuestra era, el presbitero Nestorio en Alejandría se oponia a que la Virgen fuera llamada Madre de Dios sino solo madre de Cristo. Su enseñanza la cual hacia una separacion entre la naturaleza humana y la naturaleza divina de Cristo fue eventualmente condenada como herejia en el concilio de Efeso en el 431. Los cristianos de su epoca respondieron, correctamente, que María es madre de Cristo, el cual es Dios encarnado, por lo tanto ella es propiamente llamada madre de Dios.
Es esta verdad de la encarnacion la que anima la espiritualidad del Anglicanismo y de la Iglesia Episcopal! Si hay una madre, Dios si ha nacido, “El Verbo se hizo carne y habito entre nosotros y vimos su Gloria…”. A Dios nadie lo vio jamas pero el hijo de María es la “imagen visible del Dios invisible…”. El mundo es diferente desde este acontecimento unico! Dios entra en la historia y forma parte de ella, comparte nuestra humanidad, El viene como dijese la liturgia Eucaristica “para vivir y morir como uno de nosotros".
Desde las paginas de la Escritura la voz de Isabel, madre de Juan el Bautista y llena del Espiritu Santo, es la primera en dar testimonio de esa verdad! Saluda a la joven Maria, ya encinta, que la visita diciendo; quien soy yo para que me visite la madre de mi Señor!
Unamos nuestra voz a la de ella, dando honor al que honor merece y reconociendo en Maria, una simple joven Galilea a aquella que fue y es madre de Dios encarnado!
Muchas bendiciones
Seraph
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